Ya te lo dije: traigo de todo | Entrevista a Lorena Henao
Con la nueva dirección de Corfecali se abrió paso la posibilidad de una nueva dirección del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas. Lorena Henao, coleccionista y difusora musical, fue la elegida para liderar uno de los eventos más importantes y visitados de la Capital Mundial de la Salsa. Por primera vez una mujer asume este cargo y además en tiempos de pandemia; un reto que Lorena está dispuesta a afrontar con la simpatía y el arrojo que la caracterizan.
Tuvimos la oportunidad de conversar con ella sobre sus primeros acercamientos a la salsa y nos contó lo que trae el barco.
¿Cómo se dio tu llegada a la salsa?
Este gusto se remonta hasta hace 27 años, que es lo que llevo casada con mi esposo. Desde que lo conocí él ya era salsero y coleccionaba vinilos y casetes. En la casa tenemos una caja guardada con todas esas reliquias. Cuando nos casamos en el 93, él seguía coleccionando y asistiendo a las diferentes audiciones de la ciudad pero yo no participaba en la programación. Con el tiempo y su apoyo empecé a programar, ya hace unos veinticinco años. Siempre se veía muy poca participación femenina, casi todas las mujeres que iban eran sólo acompañantes.
Empecé en las audiciones de barrio, recuerdo las del Siete de Agosto y las del barrio Obrero. En la actualidad soy la presidenta de la asociación Amigos del Son, que lleva más de veinte años vigente y donde realizamos como mínimo unas catorce audiciones en el año. Desde 2015 pertenezco a la asociación y este año me escogieron como presidenta; también es la primera vez que este cargo lo asume una mujer. En Cali hay alrededor de 22 asociaciones de melómanos pero no hay más mujeres asumiendo la presidencia.
¿Cuál es esa canción que marcó el momento en el que empiezas a reconocerte como salsera?
Muchos temas me han marcado pero hay dos en particular: La Mesa de Orlando Marín y Café Colao de Raphy Leavitt y La Selecta. Esas dos canciones me hicieron reconocer que me gustaba mucho el golpe. También está el tema La Perla de Giovanny Hidalgo, entrando ya al latin jazz. No tengo un género favorito definido, puedo escuchar igual un son montuno, una guajira, un guaguancó, un latin jazz o una timba.
¿En qué momento empezaste a coleccionar y qué tipo de trabajos prefieres atesorar?
La colección de la casa es compartida con mi esposo; no hay estanterías divididas. En la época donde el vinilo empezó a decaer le dije que los vendiera, pero ahí nos dimos cuenta de que esos elepés se quedarían para siempre en la casa. Tenemos aproximadamente una colección de unos tres mil quinientos CD y unos setecientos LP. No nos enfocamos en un solo formato; sabemos que ahora hay reediciones que pueden ser más costosas que un vinilo normal. Hay vinilos originales que pueden conseguirse en veinte, treinta, cuarenta mil pesos mientras que la reedición podría costar ochenta mil pesos, por decir lo menos. Por ejemplo, el de Orlando Marín donde aparece La Mesa es muy difícil de conseguir y extremadamente caro. Uno quisiera tenerlos pero la cuestión económica no da. Queda el sinsabor por no poder tenerlo —habrá quienes puedan conseguirlos— pero en nuestro caso el amor a la música no llega al punto de invertir quinientos o seiscientos mil pesos por un elepé.
Cuéntanos sobre tu trayectoria en las asociaciones Amigos del Son y Melómanas: Ellas En Su Salsa.
En Amigos del Son llevo cinco años. Julio Zapata fue el primero que empezó a recomendarnos las audiciones, mi esposo y yo asistíamos con frecuencia hasta que un día nos hicieron la propuesta formal de pertenecer al grupo. En este momento somos 18 personas, cinco mujeres de las cuales dos están por fuera del país: DJ La Mami está en Miami y DJ La Tuty está en España.
En el colectivo de Melómanas estuve dos años. Arrancamos en 2018 con miras al Encuentro de Melómanos y Coleccionistas de ese mismo año. También estuve vinculada a Salsa en Tacones, una unión de músicas caleñas bajo la batuta de la cantante Irmay, la vocalista y directora de la orquesta D’Caché, Francia Elena, y de Adriana Chamorro. Hicimos dos eventos en el Museo de la Salsa en el barrio Obrero, ambas versiones fueron el enlace entre Melómanas y Salsa en Tacones. Francia Elena presentó a «sus niñas» —como ella les llama— y luego presentamos a nuestras compañeras melómanas. Abordamos el tema de la salsa afrocaribeña con enfoque femenino. Había una tercera versión pendiente pero este año todo se congeló.
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¿Cómo ha sido tu experiencia como organizadora de conciertos?
De forma independiente he podido llevar a cabo cinco conciertos. Tres de ellos fueron en el Parque del Azúcar de Palmira durante 2018. El primero fue con Frankie Vásquez, el segundo con la Orquesta Opus y el tercero nuevamente con la Orquesta Opus junto a Kenny Cruz. Yo fui el contacto directo para hablar con cada uno de los artistas y el empresario, amigo mío, me dio la confianza para organizar todo el evento. Fue algo dispendioso pero nos fue muy bien: con Frankie Vásquez estuvo lleno y con la Opus se nos quedó gente por fuera. Fue un trabajo muy bonito experimentar en esa gestión.
Aquí en Cali también me he caracterizado por el apoyo hacia las orquestas y las nuevas propuestas, entre ellas tenemos a Son 21, de José David Carvajal. Cuando los vi por primera vez en la Biblioteca Departamental me gustó su sonido, así que los felicité y les pedí su contacto. Ahí empezó la amistad queriendo enlazarlos con mis amigos de distintas salsotecas para que se dieran a conocer.
En 2019 logré hacer un concierto en la salsoteca La Diferente con el cubano Eduardo Moreno, radicado en Medellín, que tiene una orquesta llamada Okokán. También fue una odisea porque aquí nadie los conocía. Por el mes de marzo fueron invitados a un festival en Tuluá así que aproveché para traerlos a Cali. No estuvo lleno al cien por ciento pero nos fue bien.
Para marzo de este año hice un concierto con la orquesta caleña Cuba Libre Son Band, que ya lleva ocho años de trayectoria. Llenamos el local y gustó mucho, fue una propuesta novedosa que combina la marimba y el violín. Creo que es importante apostarle siempre al talento nuestro y difundir música que muchas veces ni siquiera se encuentra en las plataformas de streaming. Es lo que he tratado de hacer todo este tiempo, estudiar las raíces de la música y compartir esos hallazgos.
Hablemos de la Feria de Cali y de su importancia para los rumberos caleños.
El Encuentro de Melómanos y Coleccionistas en el marco de la feria es un evento a nivel mundial, no es solamente en Cali. A diferencia de otros lugares, aquí vivimos la salsa durante todo el año, cada ocho días o cada quince días que alguna asociación de melómanos organiza algún evento.
Por ejemplo, en Amigos del Son hacemos eventos cada quince días y hay asociaciones, blogs o colectivos que realizan sus eventos en salsotecas como La Ponceña, Malamaña, La Caldera del Diablo o Mambo. En Mambo se realiza, o se realizaba antes de esta situación, un evento mensual llamado Alcoberos y los hermanos Pichy organizaban una audición mensual en la salsoteca Mulenze. DJ Hecu de Salsa Son Timba hace un evento llamado Salsa Inferno una o dos veces al año.
Hay asociaciones que se involucran en la parte cultural, haciendo conversatorios relacionados con la música y con las raíces afrocaribeñas. Esa es una parte importante para las personas que la estudian, y resulta muy bonito escuchar de primera mano anécdotas de las que uno no tiene conocimiento.
La salsa para los caleños como siempre decimos: se vive, se siente, es algo que llevamos en nuestras entrañas y que nos gusta. Es la pasión que sentimos.
En Salsa sin Miseria celebramos tu nombramiento como directora del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas de la Feria de Cali. ¿Qué significa ser la primera mujer en este cargo después de 28 años?
El hecho de que después de 28 años se haya hecho el nombramiento de una mujer por primera vez para este cargo es un peso extra en los hombros. Y es que por cosas del destino también es la primera vez que Amigos del Son tiene una presidenta, como les conté anteriormente, entonces fueron dos nombramientos a la vez. Por ahora estamos empezando, andamos de reunión en reunión y ha sido un poco complicado.
Cuando me dieron la noticia de que querían que yo fuera la directora del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas quedé estupefacta, muda. Recuerdo que la persona al otro lado del teléfono me decía «Lore, Lore…», yo le dije «¿Vos me estás tomando del pelo?» y me dijo «No, Lore, te estoy hablando muy en serio». Yo me quedé congelada, fría. Pregunté por qué me habían escogido y me dijeron que Corfecali quería apostarle a que fuera una mujer de Cali que tuviera una visión de liderazgo y un enfoque hacia la cultura salsera. Me dijeron que habían visto todo eso en mí porque me la llevo bien tanto con la vieja guardia como con la nueva, porque no tengo preferencias dentro de las expresiones salseras y me puedo mover libremente entre los géneros. Además no soy una persona conflictiva; vieron ese liderazgo en mí también por haber sido escogida como presidenta de la Asociación, que era fruto de mi trabajo.
Así que manifesté que para mí era un honor realizar esta gestión y que sabía que era una responsabilidad enorme. Ahora me reúno con mi grupo operativo casi semanalmente para poder darle forma al Encuentro. Son muchas cosas por planificar y tenemos el tiempo contado. Soy una mujer muy metódica en el trabajo y muy rigurosa, así que ese será nuestro enfoque, daremos lo mejor para que este sea un excelente evento.
¿Qué podremos esperar del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas para este año y cómo afrontarán la situación de salud pública que atraviesa el mundo?
Se tienen tres propuestas sobre la mesa: por un lado la presencial, otra que es híbrida —semipresencial— y la virtual. Día tras día vamos viendo que la situación de salud no mejora porque cada vez hay más contagiados, así que es muy posible que esta versión sea virtual. Hemos pensado hacerlo en el Teatro Municipal, con una escenografía acorde a las temáticas que vayamos a tratar este año y que cambian cada día. Estamos haciendo una lista de los invitados que asistirán, queremos que sea diversa para que quienes nunca han tenido la oportunidad de asistir a un encuentro puedan hacerlo.
Yo sé que las personas están reacias a lo virtual porque dicen que no es lo mismo, porque nosotros los caleños somos muy apegados al abrazo, al saludo, a estar con los amigos, a tomarnos la cervecita, a comprar y vender los vinilos, pero la situación que estamos viviendo no nos permite actuar de esa forma y debemos pensar de una forma atípica para poder realizar el encuentro. No es la situación que deseamos pero si no se hace así, no podría hacerse; así que la idea es hacerlo en el teatro, sin público y se trasmitiría por internet y televisión para que haya mayor acceso a los contenidos. Se está considerando coordinar también con las escuelas de baile para que puedan hacer una aparición cuando el melómano programe y que de esta forma el espectador no se desanime viendo solamente rodar un LP.
También hemos pensado en el apoyo a lo local, pues como no podremos traer orquestas de afuera vamos a aumentar la participación de las locales. Habrá invitados nacionales, melómanos de Bogotá, Medellín, Manizales, Armenia, Pereira, Meta, de Barranquilla; además queremos incluir melómanos internacionales de Chile, Barcelona, Miami, Connecticut, Nueva York. Con todos se harían conexiones de forma virtual.
Pensamos seguir haciendo los Melomanitos porque son nuestros hijos, sobrinos y nietos que vienen detrás de nosotros. También pensamos hacer conversatorios para ellos relacionados con la música afrocaribeña, así como talleres dictados por músicos. Hace poco se realizó el Festival de Macetas de forma virtual y fue un éxito porque se vendieron macetas por internet. Queremos enfocarnos en que sea muy visual para que todas las actividades sean más animadas y atractivas. Esa es la apuesta este año y esperamos que sea del agrado de todos.