Las cantantes de Ritmo, Tambor y Flores
Gracias a estas mujeres y a las que seguiremos exaltando, las expresiones afrocaribeñas se enorgullecen de ser nutridas y de convertirse en punto de partida para las propuestas musicales contemporáneas.
Cualquiera que se acerca a la salsa por primera vez encuentra como exponentes de las voces femeninas a las grandes figuras como Celia Cruz y La Lupe, así que es fácil entender que para conocer otras figuras se requiere tener un interés real por investigar más allá de lo que tradicionalmente se divulga.
Dirán algunos que también pasa con muchas figuras masculinas que no gozan de popularidad por casualidades o como consecuencia de no haber sido parte del sello Fania, que encabezó la gran cruzada comercial de la salsa. Y tienen razón, pero las mujeres han llevado la peor parte. Por ejemplo, solo una mujer pasó por Las Estrellas de Fania en comparación con los más de treinta hombres que hicieron parte de la agrupación. Esto puede darnos una idea de situaciones similares en otros escenarios de la música del Caribe. La equidad de género es un asunto pendiente hasta en la música.
Sin embargo las cantantes han estado siempre ahí, ofreciéndonos su talento haciendo parte de orquestas o como solistas. Así que para seguir honrando talentos inconfundibles como La Reina Celia y para ofrecer más oportunidades de conocer los talentos menos divulgados a quienes aman y disfrutan la salsa, en Ritmo, Tambor y Flores hemos destacado a las cubanas Jenny Valdés, Graciela, La Lupe, Celina González, Albita Rodríguez, Juana Bacallao, Omara Portuondo, Linda Leida, Celia Cruz; a las puertorriqueñas Yolandita Rivera, La India, Choco Orta, Fe Cortijo, Carmen Delia Dipiní, Ruth Fernández, Miki Vimari, Myrta Silva; a la española Soledad Bravo y a la colombiana Arabella. Aquí va un breve compendio de sus trayectorias (espera a que carguen las imágenes):
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Con sus estilos particulares, todas lucharon por construir un futuro profesional en la música que siempre ha sido un ambiente de competencia feroz. Podría decirse que cada una en su época fue pionera en lo que hizo y por lo que luchó. Gracias a estas mujeres y a las que seguiremos exaltando, las expresiones afrocaribeñas se enorgullecen de ser nutridas y de convertirse en punto de partida y referencia para las propuestas musicales contemporáneas, así que seguramente sus historias serán determinantes en el nacimiento de nuevas voces que hagan de la salsa su pasión y su carrera profesional.
