Un pregón de apoyo para Salsa al Parque
Llegó la nueva noticia: una audición de lujo para Salsa al Parque en la que Jovita volverá a azotar baldosa.
El Parque de los Estudiantes vio nacer el 4 de junio de 2010 un acontecimiento que marcó un hito en los eventos musicales de la ciudad: Salsa al Parque. Un espacio que le apuesta a mantener el afinque de ese ritmo afrocaribeño que ha calado en las entrañas y el tumbao que tiene Cali al caminar. Después de una larga temporada en el rincón caliente, la noche del 2 de abril de 2016 se cumplió una etapa y empezó otra búsqueda; sangre nueva, donde está la fuerza indestructible. La última audición en Jovita, llena de una alegría incontenible que se escapaba en los pasos de cada bailador, ratificó no solo el apoyo sino el esfuerzo y la magnitud de la convocatoria.
Para sorpresa de todos, aquella noche la All Star Band de Mario Ortiz Jr. subió a la tarima y el parque se desbordó en aplausos, güiros y campanas. «Me quiero quedar» cantaron todos con un sentimiento que hoy pareciera profético. Con voz quebradiza y al borde de las lágrimas, el trompetista se limitó a confesar que tuvieron que pasar 31 años para tener la dicha de tocar en Cali. «Aquí lo que hay es más salsa que pescao», sentenció. «Salsa al Parque no ha muerto», se escuchó la voz de un pregonar. «Nadie se salva de la rumba», demostraron todos los presentes.
Mario Ortiz Jr. en la última audición de Salsa al Parque en Jovita (abril de 2016)
Con Jovita, Salsa al Parque también bailó su último guateque y arrancó su nuevo ciclo en las instalaciones del antiguo Club San Fernando. Pese a la lucha constante contra las adversidades administrativas se logró crear allí un espacio más cómodo para el público asistente, privilegiando a los bailadores con una impresionante pista para echar candela en los pies y una tarima más apropiada para los artistas que pasaron por ella.
Aun así, cuando se creía que nadie podría quitarles lo bailao, el encuentro de salsómanos más concurrido de la ciudad fue expulsado de dichos predios a finales del año pasado. Otra vez hubo zozobra aunque estaba claro que su resistencia no se haría de esperar. A fin de cuentas la salsa en Cali tiene más vidas que el Gato de Tejada paseándose con la misma seguridad con la que este encuentro se toma los espacios públicos.
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Volver a casa con el mismo swing.
Hace unos días fue anunciada una edición especial. Las reacciones de sorpresa y festejo fueron inmediatas al saber que, como el sonero que regresa para quitar toda agonía que le moleste al corazón, Salsa al Parque regresaría «a los pies de nuestra reina popular Jovita». El solo mencionarlo hace que las sonrisas se alarguen. A tan solo una semana de su realización se siente un júbilo acompañado del deseo de participar de este resurgir musical. Etiquetar a los amigos, escoger pareja o la pinta qué ponerse; cancelar compromisos y seleccionar los elepés; regar la bola y pensar en la hora de llegada o el sitio de remate.
Así empezamos todos a contar los días restantes con los dedos: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes. Ya casi llega el primer sábado de marzo. Es el tumbao el que invita a esta rumbita pues, aunque haga frío o calor, allí también la bailó del estudiante al rector.
