Zalamera
Por Estefanía Almonacid
Diseño: @cristograph
Mañana
Yo bailaba para no arrepentirme en mi vejez.
Bailaba con Rivera en las fiestas
con Celia en la sala de la casa
y en el cuarto con Joe Cuba.
Lloraba, húmeda, sudando
al ritmo de Ray Barretto
me envalentonaba
en el hondear de caderas con Tito Rodríguez.
La salsa curó cuando me hice grande
al marcharse el primer amor.
Rutina
A Tito Rodríguez
Sé buscar el refugio,
en el transcurso soy lo silente con Inolvidable.
El sonido de la flauta es la arena
que aún cargo en los dedos.
En la noche llega el despojo de las prendas,
los toques en punta con Avísale A Mi Contrario,
me convierto en chapolas sobre timbales y maracas.
Podría pasar toda una temporada en el salto
sobrevolando el propio cielo.
No importa que mañana sea lunes y se tenga que trabajar.
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Apartamento 518
La sala es el íntimo escenario
de los que se conmueven con la orquesta.
Toda pieza musical es una solicitud
para cambiar de rumbo.
Se baila
se sale a la calle
se espera.
Uno se acuesta con una vida lograda,
al despertar vuelve la melodía y la entrega.
Madrugar a bailar para encontrar las auroras posibles.
Diablo
A Ray Barretto
Los timbales dejaron de elevarse
y bajaron en un aullido indestructible.
¡Ha llegado!
Miles de zapatos bajan en espiral
las raíces en ellos crecen
se convierten en frondosidades
chocan con arcoíris.
El viaje se consume en el eco
y dura para siempre en cuerpos de azahares.
Le dieron la corona cuando sus manos hicieron giros en el universo.