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Salsa con sabor venezolano

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Por Mercedes Sanz

Diseño: @cristograph

«No es fácil adaptar temas de la música tradicional venezolana a la salsa. Algunos lo han logrado como El Gran Combo en Cunaviche Adentro. Esto que hace Ángel Canales con el pasaje llanero A Usted es también maravilloso. ¡Para bailarlo los diez minutos!», dije en un tuit publicado el año pasado a propósito de esa versión que hace magistralmente el Diferente de un pasaje llanero de la autoría de Reynaldo Armas.

A partir de allí vinieron respuestas con canciones que hasta yo desconocía. Realmente no abundan tantas adaptaciones de este tipo, lo normal son las baladas, obvio, temas del jazz, la bossa nova y otras corrientes. Quizás eso se deba a la complejidad de los ritmos de esta tierra. «Debe ser que no es tan sencillo, o a lo mejor, no ha habido tanto interés de parte de los artistas de salsa. Puede obedecer también a las temáticas de la música folclórica venezolana que no pegan con las que suele tocar la salsa», me comenta Héctor Molina, cuatrista, compositor e integrante fundador del C4 Trío. A la vez, rememora el merengue oriental La Carta, de Enrique Hidalgo, en la interpretación de Óscar D’León; y el célebre Caballo Viejo (Simón Díaz) por Gilberto Santa Rosa.

Lo cierto es que lo poco que hay es muy bueno. Enrique Hidalgo dejó un legado como autor. La Distancia, inmortalizada por Gualberto Ibarreto —al igual que La Carta—, la apreciamos en el álbum 9 de Roberto Roena, cuyo arreglo fue hecho por Elías Lopés. Pero en los créditos aparecen los lamentables derechos reservados.

César Núñez, de la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, señaló varias: el mismo Caballo Viejo, con Ray Pérez y Los Dementes. Del propio Díaz tenemos El Becerrito, en la voz de Celia Cruz con La Sonora Matancera, contenido en el disco Feliz Encuentro.

Y es que el Tío Simón fue tan productivo que resulta imposible no dar con algo de su pluma en este terreno caribeño. El pasaje Mercedes, llamado El Caimán, lo podemos disfrutar en la producción Bobby Valentín Presenta Al Cano Estremera.

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Música que da para más

Luis González, tuitero y melómano, me refirió otra de Armas: El Sediento, en esa onda salsera romántica con El Gran Combo. ¡Y vaya que no es nada común llevar un tema criollo a esta vertiente de la salsa! Del mismo creador encontramos De Qué Tamaño Es Tu Amor, por Héctor Lavoe, del elepé Reventó, con un arreglo que se mueve entre la salsa suave y la bomba, aunado al soneo característico del Cantante.

El Gran Combo no fue el único conjunto en versionar a Alí Primera. La orquesta venezolana Cadáver Exquisito hizo lo suyo con Canción Mansa Para Un Pueblo Bravo, que aparece en su único disco En Vivo Desde La Terraza Del Ateneo. La voz sensual de Maigualida Ocaña y el vibráfono envolvente le dan un toque especial a este tema.

El pasaje Campesina (Juan Vicente Torrealba) es recordado con Héctor Cabrera, pero en esta oportunidad lo escuchamos en el disco Psicodélico Con Salsa, de Federico y su Combo Latino. Mientras que La Potranca Zaina, de Torrealba, es cantada por Daniel Santos (Homenaje Del Jefe Al Gabo). Y hasta a Rosa Angelina la pusieron bailar al son de Fruko y Sus Tesos.

El Caminante, de Gilberto Mejías, lo apreciamos en esas estupendas adaptaciones de Roberto Torres, y del fugaz proyecto Albóndiga y Su Pandilla (César Monges y Rodrigo Mendoza). Dos valses de Otilio Galíndez fueron trabajados por Gerardo Rosales (Caramba) y Pibo Márquez (Pueblos Tristes).

Podemos disfrutar esa mezcla entre joropo y salsa que hacen Andy Montañez y la Dimensión Latina en Por El Camino (José Reyna y Sexagésimo Barco). Ismael Miranda lleva a la música jíbara Botaste La Bola (de Jesús Rosas Marcano). Y ni hablar del disco 3 del Trabuco Venezolano: un tributo a nuestras raíces.

La salsa no podía dejar de hacer su aporte con Moliendo Café, considerada como la obra musical más versionada que se haya hecho en suelo venezolano. Ismael Rivera le dio su sabor a esa joya —hay quienes se la atribuyen sólo a Hugo Blanco, algunos en coautoría junto a José Manzo—, pero se trata de una historia aparte.

Otra sonera que reconoció la música nacional fue La Lupe. En el disco debut con Tito Puente está Homenaje A Juan Vicente (de Billo Frómeta), que sigue respetando la estructura del joropo.

Seguro que se nos quedan canciones por fuera. Nuestra intención era apenas abrir una ventana para la búsqueda de todo ese repertorio autóctono que ha sido y es considerado en la salsa. Cerramos con nuestro segundo himno nacional: Alma Llanera (Rafael Bolívar Coronado y Pedro Elías Gutiérrez) en las interpretaciones de Tito Rodríguez, el Sexteto Juventud y una curiosa versión instrumental funky latina de Johnny Zamot: «Me arrulló la viva diana de la brisa en el palmar». Y la cosa sigue.

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